¿Cómo nos puede ayudar la genética para tener un hijo saludable?

Existe un beneficio claro del empleo del estudio de la genética en las técnicas de reproducción asistida ya que se conseguirá mejorar el éxito de los tratamientos.

Cuando existe un antecedente genético y las parejas desean evitar la transmisión de este riesgo a sus futuros hijos, existen varias opciones desde la reproducción asistida. Entre ellas encontramos el diagnóstico genético preimplantacional o DGI,  que permite la selección de embriones libres del trastorno genético. 

Esta es una técnica de prevención que se utiliza en reproducción asistida con la finalidad de detectar anomalías en el material genético o cromosómico de los embriones. De esta manera, ayudará a elegir el mejor embrión para transferir en un tratamiento de fecundación in vitro (FIV).

“Esta técnica se puede aplicar en todos los pacientes que se han sometido a un tratamiento de fecundación in vitro y han conseguido embriones”, sostiene el doctor Urso, gineco obstetra del Centro de Reproducción Asistida NiuVida.

¿En qué momento se recomienda realizar un DGI?

  • Parejas portadoras de una enfermedad genética
  • Alteraciones en el cariotipo de alguno de los miembros de la pareja
  • Fallos de implantación en FIV
  • Edad materna avanzada
  • Abortos de repetición

“El DGI requiere de la biopsia del embrión para poder realizar la prueba genética por lo que puede ser un proceso un poco invasivo. Sin embargo, en los últimos años se han producido numerosos avances en este sentido que disminuyen al máximo el posible efecto dañino de la biopsia”, afirma el doctor Carlos Vergara, médico de reproducción asistida de NiuVida.